Comentario
Cuando la mujer se quedaba embarazada, se solicitaba la ayuda de los dioses domésticos para llevar a buen término la gestación. Pero no se realizaban especiales ceremonias en el momento del parto. De hecho, hay referencias que cuentan cómo en ocasiones las mujeres daban a luz por los caminos. Narra Murúa que si parían cuando en el campo tronaba, ese hijo era considerado como hijo del trueno y debía dedicarse al servicio de este dios. El aborto espontáneo era considerado como una desgracia.
Entre las ceremonias del ciclo de la vida, encontramos una a la que los cronistas denominaron bautismo. En ella, se cortaban al niño o a la niña las uñas y los cabellos, que la madre guardaba como garantía de su influencia sobre el hijo. El centro de esta ceremonia era la imposición del nombre, que se componía generalmente del nombre de la huaca familiar y de un determinado suceso.